lunes, 21 de mayo de 2012

Cómo comerse una naranja sin pelarla.


Por Ramón Morales Amate

Todos sabemos que si queremos comernos una naranja, primero tenemos que pelarla, pero en alguna parte podemos comernos su interior sin necesidad de desprendernos de su cáscara… ¿dónde?

Imaginemos que viviésemos en un mundo unidimensional, es decir en una línea recta. Las personas seríamos puntos y la naranja un segmento, cuyos extremos serían la cáscara. Si el punto, que es una persona, se acerca a la naranja encontrará que no puede acceder a su interior puesto que se encuentra con otro punto que es parte de la cáscara. Para pasar al interior de la naranja bastaría con que la persona saliera de la recta y diera la vuelta a la cáscara, pero ya hemos hecho uso de una nueva dimensión, es decir, el problema se resuelve en un mundo de 2 dimensiones.


 Imaginemos ahora que nuestro mundo fuera bidimensional, esto es, un plano. Las personas serían por tanto muñecos planos y la naranja sería un círculo cuya circunferencia que la rodea sería la cáscara. Por mucho que la persona plana rodeara la naranja no conseguiría acceder a su interior, sin embargo si pudiera dar un salto lograría meterse dentro del círculo o dicho de otra forma lograría meter la mano en el interior de la naranja sin romper la cáscara. Pero para hacer esto se hace uso de una tercera dimensión, la altura.

Por último, nuestro mundo real es tridimensional y las personas somos también seres de tres dimensiones. La naranja es ahora un cuerpo, digamos esférico, veamos cómo podemos acceder a su interior. Para ello repasemos los razonamientos hechos hasta ahora:

  • Si el mundo es de dimensión 1 (una recta), la cáscara es de dimensión 0 (un punto) y podemos acceder al interior de la naranja sin pelarla pasando por la dimensión 2.
  • Si el mundo es de dimensión 2 (un plano), la cáscara es de dimensión 1 (una línea, cerrada en forma de circunferencia) y podemos acceder al interior de la naranja sin pelarla pasando por la dimensión 3.

Luego entonces, si inferimos esta regla, en nuestro mundo, que es de dimensión 3, la cáscara es de dimensión 2 (una superficie de forma aproximadamente esférica) podremos acceder a su interior sin pelarla pasando por la dimensión 4.

Esto nos dice que en la cuarta dimensión podemos acceder al interior de un espacio que esté herméticamente cerrado sin necesidad de romper el material de su frontera. Luego no sólo podremos comernos una naranja sin pelarla, sino que podremos pasar al interior de una casa que tenga todas sus puertas y ventanas cerradas sin abrirlas ni romper ninguna pared, o coger todo el dinero almacenado en el interior de una caja fuerte sin saber su combinación secreta, ni abrirla ni romper ninguna de sus paredes. Ya puedes tú imaginar muchos más ejemplos de cosas que se pueden hacer en un mundo de cuatro dimensiones que no en uno de tres. La vida en mundos cuatridimensionales ha apasionado a muchos matemáticos y físicos que estudian el Universo, incluso esta idea ha llegado al cine de la mano de la saga de películas Cube donde los protagonistas viven encerrados en un gigantesco cubo de cuatro dimensiones.